7 La Sociedad de inicios del s.XX
Aquí tienes el texto revisado, con correcciones ortográficas y ajustes en la estructura para mejorar la claridad:
7.1 La transformación demográfica
7.1.1 El crecimiento de la población
Durante las primeras décadas del siglo XX, España incrementó su población en 5 millones de personas. En 1900, 18 millones y en 1930, 23,6 millones.
Esto fue gracias en parte a los avances médicos y condiciones sanitarias e higiénicas, agua potable, alcantarillado… Sin embargo, la principal causa del descenso de la mortalidad fue la Industrialización. Además, también se redujo la mortalidad infantil ↓↓ y aumentó la esperanza de vida ↑↑ a alrededor de 50 años.
Paralelamente, la natalidad ↓↓ disminuyó, sobre todo por los cambios sociales de las sociedades urbanas.
Con todo esto, España, progresivamente, se acerca más a la demografía europea.
7.1.2 Éxodo rural y migración transatlántica
Al final del siglo XIX, se acelera el éxodo rural ↑↑. Alrededor de 1930, los campesinos solo suponen aproximadamente el 50% de la población.
Por una parte, la migración hacia América es constante durante el primer tercio del siglo XX. Sin embargo, su momento álgido fue hasta 1914, cuando estalla la Gran Guerra. A partir de dicho año, las migraciones exteriores serán reemplazadas por las interiores, lo cual causa desequilibrios regionales. Los destinos preferidos eran Madrid, Cataluña, País Vasco, la Comunidad Valenciana y Canarias.
7.1.3 El creciente proceso urbano
La gente se desplaza a las ciudades, donde destacan Madrid y Barcelona, con un proceso de urbanización por ensanches. La urbanización ocurre mayoritariamente en provincias costeras, salvo Madrid, Valladolid y Zaragoza.
Paralelamente, se asientan centros industriales junto a Barcelona, Bilbao y en la zona de la minería asturiana.
A pesar de esto, España es el país con densidad de población más baja de Europa.
7.2 La modernización económica
7.2.1 El impacto del cambio energético
Estalla la 2ª Revolución industrial, aparecen dos nuevas fuentes de energía: la electricidad y el petróleo.
Por una parte, con la electricidad aparecen centrales hidroeléctricas que permiten la expansión de la industria y de los transportes. Además, se utiliza la energía eléctrica para la iluminación. La demanda aumenta vertiginosamente a partir de 1910.
Por otra parte, el petróleo y sus derivados (gasolina, plástico…) impulsan la industria del transporte con la aparición de la automovilística y la aviación.
Por último, se impulsa el telégrafo, la telefonía y la radio, sobre todo en las ciudades. A pesar de esto, España mantiene un gran retraso con respecto al resto de países.
7.2.2 La diversificación industrial
Aumento del crecimiento anual.
Desarrollo desigual de las empresas, más crecimiento en industria emergente.
Las industrias textiles y conserveras empezaron a perder peso. Aparece la Industria Química (pintura, explosivos…), Industria Naviera, Industria eléctrica (La Canadiense), Industria metalúrgica, Industria automovilística (Hispano-Suiza) y la Industria de la Edificación con la aparición del cemento.
7.2.3 Aumento de las inversiones y de los servicios
Llega capital del extranjero (Estados Unidos, Bélgica, Alemania…) que invierte en diferentes sectores.
La concentración de la gente en las ciudades posibilita la aparición de cajas de ahorro y compañías de seguros.
Asimismo, hubo un impulso a nuevas infraestructuras estatales: carreteras, puertos, presas, ferrocarriles…
También aumenta progresivamente la telefonía y el telégrafo. Esto causa la aparición de la empresa pública Compañía Telefónica Nacional de España.
7.2.4 Lenta transformación del sector primario
El sector primario mantiene peso en la economía, el trigo es el más cultivado. España aún sufría las consecuencias de la filoxera de finales del siglo XIX. Poco a poco, con la importación de nuevos productos, el sistema sufre una transformación y se deja de consumir tanto cereal.
A pesar de todo esto, no hay innovación en el sector agrícola, sobre todo respecto a la maquinaria.
7.2.5 Los principales problemas agrarios
El sector agrario sufre varios problemas:
En primer lugar, la desigualdad de la propiedad de la tierra. Mientras que en el norte predominaban los arrendatarios, en el sur mayoritariamente había jornaleros. A pesar de que todos tenían dificultades para subsistir, estos últimos sobre todo porque tenían trabajo temporal.
En segundo lugar, escasa productividad agrícola marcada por la climatología, lo cual causaba que los productos españoles no pudieran competir con el mercado internacional, especialmente en el caso de los cereales.
En tercer lugar, la falta de avances técnicos por la falta de maquinaria agraria.
En cuarto lugar, la plaga de la filoxera, que arrastramos desde finales del siglo XIX.
7.2.6 Reformas agrarias
Ante esta situación, el gobierno trató de tomar medidas:
En primer lugar, tomó medidas proteccionistas, como aranceles, para hacer frente a la competencia de otros países.
En segundo lugar, el Plan de Obras Públicas, que tenía como objetivo ampliar la zona de regadío el cual, por su lenta aplicación, apenas transformó el panorama.
En tercer lugar, la creación de la Confederación Hidrográfica y el Plan de Obras Hidráulicas, que tenían como objetivo, entre otras cosas, gestionar el agua.
Por último, a partir de 1907 y 1917, se empiezan a repartir tierras progresivamente.
7.3 La creciente intervención del Estado
7.3.1 Proteccionismo y nacionalismo económico
La intervención del Estado favorece a la industria cerealística y a la textil, ya que fijaba los precios. Sin embargo, no contribuía a la productividad.
Además, con la Ley de Protección de la Industria de 1907 y las exenciones fiscales se fomenta la aparición de empresas relativas al transporte naval y aéreo, los cereales y la minería.
7.4 Hacia una sociedad de masas
7.4.1 La persistencia del mundo rural
Se mantiene la oligarquía agraria del siglo XIX, que todavía mantiene gran influencia socioeconómica. Destaca sobre todo la zona de Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura, donde había latifundios. A pesar de esto, apenas hubo innovación en el sector.
Además, mientras que en el norte predominaban los arrendatarios y pequeños propietarios, en la parte sur los jornaleros.
7.4.2 Los grupos urbanos
Durante el primer tercio del siglo XX, los grupos urbanos experimentaron más cambios que durante el siglo anterior.
En primer lugar, el aumento de la industria causa la aparición de la burguesía financiera que, conjuntamente con la burguesía industrial, conformaban la clase alta.
En segundo lugar, progresivamente aumenta el número de integrantes de la clase media conformada por oficios relativos a la ciudad: profesiones liberales (abogado, médico…), servicios y comercios (bancos, transportes, pequeños almacenes) y funcionariado medio (sanidad, enseñanza…).
Por último, los obreros industriales concentrados en los núcleos de industria (Cataluña, Madrid, País Vasco y Asturias) padecen condiciones precarias, malas condiciones de trabajo, salarios bajos y vivían concentrados en barrios insalubres. A pesar de esto, padecían mejores condiciones que los jornaleros.
7.4.3 El progreso educativo cultural
El número de alfabetizados aumenta progresivamente: en 1930 solo un 30% de analfabetos. Además, mejora el sistema educativo.
Adicionalmente, los Ateneos y las emergentes casas del pueblo fomentan la cultura. Por último, como formas de ocio aparecen la lectura y las colecciones, y el cine y los deportes.
7.5 Las nuevas mujeres del siglo XX
7.5.1 La persistencia de la discriminación legal
La mujer estaba subordinada a padre o marido. De hecho, cuando una mujer se casaba perdía todos sus derechos y dependía completamente de su marido. Sin su aquiescencia, no podía pedir préstamos o hipotecas, vender propiedades, aceptar o rechazar herencias…
Por último, el código civil castigaba a las mujeres por la desobediencia al marido. Además, el adulterio también era castigado.
7.5.2 El lento progreso en la educación
A partir de 1910, hombres y mujeres gozan de las mismas condiciones educativas. Los dos tienen educación obligatoria hasta los 12 y ambos sexos pueden matricularse en la universidad sin la necesidad de permisos especiales.
Por último, progresivamente durante el primer tercio del siglo la alfabetización aumenta progresivamente, al igual que las matriculaciones.
7.5.3 Nuevas profesiones
A finales del siglo XIX ya trabajaban en la industria o en el campo, aunque mayoritariamente contrataban a mujeres solteras o viudas.
Aparecen nuevas profesiones ocupadas por la mujer: telefonista y mecanógrafa y enfermera, bibliotecaria y maestra. Además de los puestos de trabajo relativos al sector doméstico. Sin embargo, hasta 1918 no podían ser funcionarias.
Por último, por lo general tenían salarios más bajos que los hombres.
7.5.4 La nueva mujer urbana y las primeras feministas
Por una parte, aparece la nueva mujer que se refleja en las revistas de moda y en el cine.
Por otra parte, poco a poco aparecerá el feminismo, con la aparición de la Asociación Nacional de Mujeres Españolas, dirigida por Clara Campoamor y Victoria Kent (G-27).